PABELLONES NACIONALES
PABELLONES NACIONALES
Aunque la comisaria de la muestra se enorgullezca de haber contado con la participación de un gran número de artistas jóvenes (si se entiende por “joven” haber nacido a partir de 1970) el resultado parece trivial y anodino y es precisamente la aportación de los más veteranos como FISCHLI & WEISS, PIPILOTTI RIST, SIGMAR POLKE, CINDY SHERMAN o MAURIZIO CATTELAN los que salvan el tono general de aburrimiento de la muestra.
El recorrido comienza de una forma prometedora con una instalación a cargo del chino SONG DONG a modo de un singular pabellón expositivo construido con materiales procedentes de puertas y muebles antiguos. En su interior se localizan obras de CYPRIEN GAILLARD, YTO BARRADA o el español ASIER MENDIZÁBAL.

El actual auge del arte chino, que viene percibiéndose desde hace dos décadas, en realidad consiste más en un fenómeno mercantil que en uno puramente artístico. Este fenómeno está alimentado en gran parte por la irrupción en el mercado de un nuevo coleccionismo asiático que adquiere arte contemporáneo fundamentalmente chino. Salvo excepciones, la calidad de este nuevo arte chino es altamente discutible. El arte chino tiene como referencia el universo iconográfico del arte contemporáneo occidental con preferencia del Pop Art. Generalmente se interesa por temas evidentes o ya superados en otros contextos culturales, se trata de un arte caracterizado por el empleo insistente de referencias a la cultura de masas y siempre buscando un obvio intento de provocación o de escándalo hacia el público (siempre condicionado por la censura gubernamental). Algunas de las figuras más destacadas del arte chino se han establecido en Estado Unidos o Europa como Yan Pei-Ming, Cao Fei o recientemente Ai Weiwei por problemas con la censura política.
Uno de los primeros artistas en darse a conocer en Occidente fue Yang Fudong con unas fotografías de factura preciosista y elegante en las que despliega todo un repertorio de estereotipos de la cultura y las costumbres del país asiático aunque en una percepción más exhaustiva de sus obras podemos percibir que las cosas no son realmente como parecen ser, sino que estos estereotipos responden más bien a convencionalismos sociales adquiridos. Cao Fei, en cambio, en sus videos y fotografías opta por una iconografía más estridente y dramática precisamente para enfatizar los aspectos más escabrosos de la sociedad china de principios del siglo 21 como son el trabajo, el sexo o las libertades. En el video Whose Utopia?<2006> reflexiona con ironía sobre las condiciones de trabajo de la sociedad industrial china. También Ai Weiwei (convertido recientemente en megaestrella mediática a causa de su encarcelamiento por parte del régimen dictatorial chino) usa la ironía para poner de manifiesto a través de sus multidisciplinares trabajos las contradicciones del influjo de los fetiches de la sociedad de consumo occidental en una nueva sociedad industrializada y cada vez más rica como es la china.

La denominación Young British Artists responde más bien a planteamientos de índole comercial y de marketing que a aspectos puramente artísticos para definir a un grupo de artistas que surgió en la escena inglesa en la década de los noventa. La londinense galería Saatchi presentó en 1992, con gran aparato mediático, una exposición en la que se reunía a una serie de jóvenes creadores con nuevas propuestas que despertaron gran interés entre el público y la crítica. Sus obras se caracterizaron por la obsesión por despertar provocación e incluso escándalo entre el público, el empleo de materiales propios del arte Pop o del arte Povera como el neón y piezas lumínicas, materiales de deshecho y objetos encontrados a modo de ready-made. En virtud de los discursos planteados en sus obras se podrían concebir dos grandes grupos de artistas suscritos a este movimiento. Por un lado se encontraría un grupo de artistas con propuestas basadas en una búsqueda del impacto hacia el espectador y apoyadas en fuertes campañas mediáticas como Damien Hirst, Tracey Emin, Sarah Lucas o James & Dinos Chapman y, por otro lado, un grupo de artistas con trabajos menos provocadores pero quizás más rigurosos e interesantes. Entre estos artistas nos encontramos con Liam Gillick, Rachel Whiteread, Steve McQueen, Tacita Dean o Douglas Gordon.
Damien Hirst es, sin lugar a dudas, el de mayor proyección del grupo y uno de los artistas vivos más cotizados a nivel mundial. Se dio a conocer a principios de los noventa con obras que presentaban cadáveres de grandes animales conservados en urnas con formol. Más tarde, y siguiendo con el tema de la muerte como argumento de fondo, presentó For the Love of God, consistente en una calavera humana con diamantes incrustados.
Tracey Emin, británica de origen turco, tuvo una infancia y adolescencia traumáticas, hecho que ha sido motivo de recurso constante en el desarrollo de su obra la cual posee un marcado carácter autobiográfico. Al igual que D. Hirst, S. Lucas o los hermanos Chapman, Tracey Emin se dio a conocer en el contexto artístico a través del escándalo. En su obra Everyone I have ever slept with, consistenete en una tienda de campaña en la que su interior contiene una lista con todos los nombres de las personas con la que se ha acostado la artista, muestra con la mayor crudeza su rabia, su dolor y su yo herido.
Más previsibles y menos interesante son los trabajos de Sarah Lucas, como el crucificado realizado con cigarrillos o Los hermanos Chapman con sus Desastres de la Guerra, colección de los conocidos aguafuertes de Goya manipulados gráficamente.
Dentro de otro grupo de artistas suscritos a este movimiento londinense nos encontramos trabajos de un mayor rigor como el de Liam Gillik. Se trata un artista controvertido, críptico y difícil de comprender. Al igual que Rachel Whiteread, parte del lenguaje postminimalista, para montar grandes instalaciones en las que la arquitectura adquiere gran protagonismo. Á pesar de ser inglés fue invitado por Alemania para intervenir en su pabellón de la última edición de la Bienal de Venecia con gran acierto. La obra tuvo su punto de partida en el proyecto de reforma para el pabellón alemán diseñado por Arnold Bode en 1957, proyecto que nunca se llevó a la práctica. En esta ocasión Liam Gillik expuso una macroestructura modular de muebles de cocina, presidida por la inquietante figura de un gato.

La Academia de Bellas Artes de Düsseldorf es bien conocida por haber producido muchos artistas reconocidos mundialmente, desde Joseph Beuys o Gerhard Richter, hasta Thomas Demand o Thomas Schutte. Pero es en el campo de la fotografía, con la influyente la labor docente de Bernd y Hilla Becher, en el que han alcanzado grados de renovación estética hasta ese momento desconocidos. Esta renovación ha venido de la mano de una generación de artistas nacidos en torno a la década de los cincuenta/sesenta que tiene a Thomas Ruff, Andreas Gursky, Thomas Struth o Candida Hoffer como sus máximos exponentes. A lo largo de la década de los ochenta se dan a conocer a nivel internacional, coincidiendo en los hallazgos estéticos con los representantes de la escuela de Vancouver al otro lado del atlántico. Dentro del contexto alemán supondrían la alternativa más clara y más antagónica al Neoexpresionismo, presentando trabajos que destacaron por la frialdad, la austeridad formal y estilística y un profundo rigor conceptual.
Los primeros trabajos de Thomas Ruff, consistieron en realizar retratos humanos obsesivamente neutros y sobrios, radicalmente inexpresivos. Todos los retratos fueron hechos en las mismas condiciones de luz, ejecutados de forma aséptica y científica. Porque como dice el propio Ruff: "... Si las cosas son como parecen "¿por qué he de intentar que parezcan distintas?" Sin embargo, Ruff no siguió dedicándose durante mucho tiempo a este ámbito temático y abordó también muy pronto los medios digitales. Desarrolló numerosos grupos temáticos en los que siempre se enfrentaba a la fotografía como medio de comunicación, muchas veces de forma crítica.
Una actitud fotográfica diferente a la de Thomas Struth, que goza de gran reconocimiento internacional gracias a sus “fotógrafos de museo”, sus calles, retratos y paisajes. En un primer momento, sus imágenes parecen seguir la tradición documental pero, si se las analiza a fondo, se trata de mucho más: a Struth le interesa el vínculo entre las formaciones socioculturales y los elementos psicológicos inconscientes.
De entre todo este grupo, Andreas Gursky es el que se ha apartado en mayor medida de los preceptos de los Becher. Sus obras, de marcado carácter maximalista, se caracterizan por su gran monumentalidad y espectacularidad, el empleo de formatos de grandes dimensiones y el recurso de los medios digitales en la edición de sus fotografías.
También formado en la escuela de Dusseldorf, Thomas Demand, aunque use la fotografía como recurso final de expresión, no se considera fotógrafo ni reconoce ninguna relación con sus coetáneos anteriormente citados. El trabajo de Demand se basa en la construcción de mundos virtuales representados a través de maquetas que son fotografiadas. Al final del proceso, la maqueta es destruida y queda la fotografía como testimonio de la obra artística.

1. El uso de la fotografía como medio y no como fin, una fotografía muy tratada o
modificada digitalmente en la que no es importante el objeto representado sino las ideas que subyacen bajo él y que generalmente no son mostradas explícitamente al
espectador.
2. Una buscada artificialidad en las representaciones lo que proporciona a las obras una alta dosis de distanciamiento frente al espectador.
3. Aunque no es importante la belleza formal o compositiva (en un sentido clásico) sí es destacable el uso de técnicas o formatos singulares como el empleo de paneles
retroiluminados, soportes digitales como el monitor o la proyección y el empleo del color en alta intensidad y brillo.
Jeff Wall, recurre desde hace varias décadas al soporte retroiluminado para destacar sus fotografías. En ellas se recogen escenas inquietantes y enigmáticas. Estas escenas
representadas son realistas pero artificiosas al mismo tiempo. Casi todos los personajes retratados muestran una desesperación contenida y parece que van a estallar de un momento a otro. Los escenarios en los que se mueven estos personajes no son menos sórdidos: apartamentos claustrofóbicos, paisajes urbanos inhóspitos…
Rodney Graham emplea en su trabajo, sin ningún reparo, todos los medios y técnicas a su disposición (fotografías retroiluminadas, video, performance, pintura, escultura…). Se trata de un artista de un enorme bagaje cultural y su obra lo refleja, aunque no sin ironía. Rodney Graham con su “Standard Edition”, esta obra consiste en tomar a su vez otra obra del artista minimalista Donald Judd, una pieza metálica longitudinal insertada en la pared y usarla como balda para exponer unos tomos pertenecientes a la obra completa de Sigmund Freud (autor por el que Rodney Graham ha sentido siempre una especial devoción). Con frecuencia Graham suele autorretratarse representado como un bandido o como un preso porque, según él, la condición de artista implica cierto grado de transgresión.
Stan Douglas suele recrear nuevos paisajes sociales y sus relaciones con la naturaleza, pero también de la anulación del pasado, la historia o las utopías. Sus obras siempre están cargadas de una cierta melancolía contenida. A través de las fotografías y las instalaciones, Douglas implica a los espectadores en una experiencia múltiple, tanto perceptiva como intelectual, en la que hay referencias al cine de terror, la literatura, la política y las historias de la técnica, el urbanismo moderno o la utopía del llamado sueño americano.
feminismo y posmodernidad

Las primeras lecturas feministas que se podían establecer de las obras de Sherman presentaba a la mujer como una construcción cultural, como un instrumento de interés para los medios. La obra de Jenny Holzer se centra en el uso de ideas en espacios públicos. Principalmente pósters, aunque también ha usado otros medios como letreros luminosos, pegatinas, camisetas, señales e internet. Holzer centra su atención en la apariencia del texto, tamaño, lugar espacial y temporal, atrayendo la atención del espectador al mismo texto, recordándole que cualquier texto, incluyendo mensajes publicitarios o gubernamentales con un marcado contenido reivindicativo. Su más conocido trabajo titulado “Truisms”, donde frases como “El abuso de poder no llega de sorpresa”, “Los hombres no son monógamos por naturaleza”, “Protégeme de lo que quiero”, “La sumisión total puede ser una forma de libertad”, se proyectaron en anuncios gigantescos en Times Square.
arte en los 80

Al igual que sucedió a principios de los años sesenta con la aparición de la llamada Abstracción Geométrica como respuesta a la visceralidad propia del Expresionismo Abstracto, es en la década de los ochenta cuando surge una reacción a la tendencia pictórica expresionista que tenía su reflejo en el trabajo de artistas como Julian Schnabel, Eric Fischl o los más jóvenes Jean-Michel Basquiat y Keith Haring.
Proponen un arte “enfriado” y liberado de cualquier connotación lírica o visceral. Se recupera el concepto de Ready–Made duchampiano, aunque ahora de los objetos también interesan sus aspectos perceptuales o formales. Como en el arte Pop de los sesenta, existe un interés por el colorido estridente en las obras de arte, incluso se busca pretendidamente la poética del mal gusto o kitsch. Los pintores de la corriente Neo-Geo prolongan y actualizan las distintas investigaciones llevadas a cabo anteriormente en el ámbito del minimalismo, del Op-art y de la abstracción geométrica. Pintan generalmente obras de gran formato compuestas de motivos o
signos que se despegan de un fondo plano y coloreado. Peter Halley (1) emplea pinturas fosforescentes y enlucido sintético eliminando cualquier vestigio subjetivo en su obra. En cambio Jeff Koons (2) se dio a conocer con su serie “The New” compuesta por aspiradoras enmarcadas en cajas de plexiglás y fuertemente iluminadas por tubos fluorescentes. En un ejercicio de calculado cinismo, a Koons sólo le interesaban de estas aspiradoras sus cualidades formales como el brillo metálico y sus formas “pseudoeróticas” lo que le distancia en su discurso de Marcel Duchamp. De la misma manera Ashley Bickerton (3) emplea objetos industriales para elaborar sus ensamblajes en los que enfatiza y exagera sus aspectos formales de tal manera que llega a crear obras de una estridente potencia visual reflexionando en torno al concepto del mal gusto.
arte y posmdernidad

A mediados de la década de 1980 se produce un rápido agotamiento de las fórmulas basadas en una vuelta a la pintura en un sentido tradicional y una revisión algo banal y nada rigurosa de los hechos de la historia del arte y la cultura. Artistas como Sandro Chia, Enzo Cucchi o A.R. Penk protagonizan escandalosos bluffs al desplomarse sus cotizaciones en los mercados artísticos internacionales. Teóricos como Achille Bonito Oliva o Kaspar König, que en su día auspiciaron la Transvanguardia Italiana o el Neoexpresionismo Alemán, reciclan ahora sus discursos a los nuevos tiempos. En la escena artística neoyorkina, el centro de gravedad artístico pasaría del SoHo al East-Village con nuevas galerías como International With Monument (años más tarde este centro de gravedad volvería a trasladarse, esta vez al barrio de Chelsea). Esta galería aglutinó a una serie de jóvenes artistas con una misma sensibilidad hacia el arte muy alejada del convencionalismo que representaban Schnabel, Fischl y Salle.
Entre estos jóvenes se encontraban el crítico/artista Peter Halley y, un por aquel entonces broker de Wall Street, Jeff Koons. Otro grupo de artistas de la misma generación como Sherrie Levine y Richard Prince se interesaban por asuntos como los de la originalidad, autenticidad y autoría, característicos de lo que más tarde ha venido a llamarseApropiacionismo. Al mismo tiempo surge una nueva sensibilidad crítica hacia los hechos políticos y sociales del momento como el feminismo, los asuntos étnicos o la homosexualidad con artistas como Barbara Kruger, Jenny Holzer o Lorna Simpson.
ARTE Y APROPIACIÓN

el crítico Douglas Crimp invitó a participar a algunos artistas como los propios Levine o Prince que no trabajaban con imágenes originales sino que se apropiaban de otras ya existentes dándole así un significado propio diferente al original.
La obra de Sherrie Levine, desde comienzos de la década de los ochenta, consistirá en
fotografías re-fotografiadas de obras muy conocidas de artistas masculinos como Walker
Evans, Eliot Porter o Alexander Rodchenko.
En su serie “After Walker Evans” (1985), Sherrie Levine, se limitaba a fotografiar y firmar por ella misma una serie de fotografías originales de Walker Evans (fotógrafo documentalista de la primera mitad del siglo 20). De este modo, la autora se apropia descaradamente de una imagen artística cuestionando los conceptos de originalidad, autoría y aura en la obra de arte. Según ella misma, no cabría hablar de falsificación ni de copia sino de un concepto nuevo denominado “apropiación” consistente en el empleo consciente de elementos pertenecientes a otras obras artísticas, bien de su misma época o bien de épocas precedentes, para desarrollar parcial o completamente una obra que firma como propia. Richard Prince se apropia de todo un repertorio de imágenes pertenecientes a una campaña publicitaria de Marlboro llena de cowboys y escenas típicas del western americano. Prince se limita a recortar o alterar muy levemente dichas imágenes y a eliminar toda referencia a la marca publicitaria. De este modo, la imagen, al carecer de su contexto, pierde su sentido y significado pasando a adquirir otro totalmente nuevo. En este caso, se podría afirmar que es posible que ya nos encontraramos con este tipo de operación dos décadas antes en el ámbito del Pop Art (Warhol, Lichtenstein u Oldemburg). Lo novedoso radica en el ejercicio de reflexión por parte de Prince en torno al concepto de significación y adulteración del lenguaje mientras que las operaciones propias del pop-art de la década de los sesenta simplemente suponían una experiencia eminentemente visual o estética.
the new

Arthur C. Danto
"Sólo pretendo presentar mi producto, que la gente lo compre, y que todo sea agradable"
Jeff Koons
JEFF KOONS:
1.- catalogado por algunos como el mayor de los cínicos que ha dado la historia del arte cuyos intereses no tienen nada que ver con la problemática del arte sino única y exclusivamente con la fama y el enriquecimiento personal.
2.- catalogado por otros como el artista que de forma más lúcida y efectiva ha sabido poner de manifiesto los conflictos y contradicciones de la sociedad posmoderna en el cambio del milenio.
Como su nombre sugiere “New Hoover Convertibles, New Shelton Wet/Drys 5-Gallon, Double Decke” consta de dos pares de aspiradoras presentadas en una caja transparente de metacrilato iluminada desde la parte inferior por varios tubos de luz fluorescente. La obra, concebida en 1981 y ejecutada en 1986 forma parte de su conocida serie “The New” compuesta básicamente por diferentes modelos de aspiradoras expuestas sin estrenar. Con esta serie Jeff Koons alcanzó un enorme reconocimiento y popularidad a nivel mundial además de consiguir dividir la opinión de críticos y teóricos acerca de su obra.
Señalaba Stéphane Mallarmé en su artículo “Los Impresionistas y Manet” (1) que los impresionistas propusieron una nueva forma de visión de la obra de arte basada en una liberación de los condicionantes de la memoria. La pintura impresionista debía contemplarse como un simple ejercicio de experiencia óptica, bajo una mirada ingenua para percibir la realidad tal y como se hiciera por primera vez.
Jeff Koons, mediante la serie The New, provoca en el espectador la fascinación por las cosas simples y maravillosas como son estos llamativos artefactos y propone una visión ingenua del mundo tal como la pudieran experimentar los niños. Para este fin, Jeff Koons se opone radicalmente a las restricciones opresivas y las limitaciones de las jerarquías del gusto y a los prejuicios y convenciones que aprendemos como adultos. En este sentido Koons cuestiona en la serie de aspiradoras “The New” los criterios del buen y el mal gusto, pauta que va a será una constante a lo largo de su trayectoria artística.
El antropomorfismo de estos objetos junto con la idea de la novedad como un estado virgen de la inocencia infantil, que Koons explota deliberadamente en estas obras, parece tener sus raíces en la propia infancia del artista. La aspiradora es uno uno de los electrodomésticos más animados y aparentemente mágicos que un niño llega a conocer en sus primeros años de vida. Koons ha recordado a menudo la impresión de fuerza y potencia que el aparato provocaba en él cuando era un niño. La aspiradora es un objeto que estaba estrechamente asociado al mundo de los vendedores de puerta en puerta. Forma parte de la realidad del estereotipo de la cultura suburbana de la clase media americana de los años 1950 y 1960, ámbito en el que creció Koons.
La coherencia formal de la obra es incontestable, como también es incontestable la espectacularidad de su brillo, de su colorido y la belleza de las líneas redondeadas y resplandecientes de los objetos expuestos tras la urna de metacrilato. Pero no nos queda más remedio que reconocer que una de las intenciones de Jeff Koons con “The New” es, como ha sido una constante en toda su carrera, sencillamente la de provocar… Provocar como ya lo hiciera Marcel Duchamp en 1917 con su fuente-urinario firmado bajo el seudónimo de R. Mutt.
Podrían buscarse muchas afinidades entre la serie “The New” y el precedente protagonizado por Marcel Duchamp aunque si se analizan con detenimiento ambas experiencias veremos que responden a dos realidades bien distintas. Marcel Duchamp, con su actitud provocadora quiso mostrar su desilusión ante las formas tradicionales del arte (pintura y escultura) como medios de expresión, y su rechazo frente a la idea de que el arte y el artista tienen una "naturaleza especial" distinta a la de los hombres y objetos ordinarios. El gesto de enviar a la exposición un producto comercial fabricado en serie y firmado por un “artista” inexistente se opone radicalmente a la sacralización de la obra de arte como "creación única e irrepetible" salida de las manos de un "genio". Este desafío antiartístico proponía romper con las barreras del arte y ampliar sus horizontes.
Jeff Koons, en cambio, no pretende nada de eso. Aunque Koons posee algunos puntos en común con Duchamp como son el empeño por la provocación y el grado de sarcasmo con el que presenta y defiende sus obras, existen demasiados elementos divergentes entre ambos discursos.
En primer lugar, no busca romper ninguna barrera, lo único que pretende es conseguir dinero y fama, algo que él reconoce abiertamente y sin reparos pero con una enorme carga de cinismo.
En segundo lugar, no sólo no se opone a la idea expuesta por Duchamp de renunciar de la condición demiúrgica del artista sino que la ha fomentado hasta extremos impúdicos.
En tercer lugar, a diferencia de lo que hiciera Duchamp con su Fuente, Koons otorga valores estéticos a una pieza como la aspiradora a partir de sus simples cualidades visuales y formales. En palabras de Jeff Koons: “me atraían estas aspiradoras simplemente por su brillante colorido y su maravilloso aspecto metálico”.
Y demás añade: “Mi trabajo usará todas las oportunidades posibles. Empleará todas las trampas posibles y hará todo – realmente todo – para comunicar y ganar la atención del espectador” (2).
En efecto, la simple contemplación de estos rutilantes objetos provoca un cierto placer visual, pero esta apreciación no queda sólo en el ámbito estético. Más allá de puros y simples objetos, las obras de Jeff Koons alcanzan el ámbito social; son un reflejo crítico y provocativo de lo que se busca y se desea en nuestra sociedad. La clave es poner al espectador en el centro de la discusión: la fascinación visual que las obras generan en sus espectadores es justamente la “trampa” a la que se refiere Koons. La misma trampa en la que la industria del consumo nos hace muchas veces caer, haciéndonos fascinar por objetos sólo por lo que éstos parecen, o nos hacen parecer ante los demás.
De la sociedad de consumo, economía de mercado y la cultura de masas se pueden extraer unas reglas básicas de funcionamiento que todo el mundo conoce. ¿Y por qué el arte no iba a hacer Jeff Koons o cualquier otro artista uso de estas estrategias de marketing y herramientas de publicidad que inundan otros ámbitos culturales?
Desde la época del Renacimiento, en la que el artista comienza a salir del anonimato y a gozar de reconocimiento artístico, hasta nuestros días, se han multiplicado los casos de Artistas-Estrella que no sólo consiguieron un enorme reconocimiento social y artístico en su momento sino también un gran enriquecimiento personal. La motivación del artista a la hora de concebir o realizar una obra siempre obedece a dos causas fundamentales: La vanidad o el Dinero (o ambas juntas).
Rafael Sancio, a principios del s.XVI, era considerado una de las personas más ricas de Roma y poseía un taller con más de cien empleados.
Velázquez tuvo como mayor obsesión ascender socialmente en la corte de los Austria y se sirvió de la práctica artística para tal efecto.
Vang Gogh, en cambio, persiguió hasta la locura algo análogo como es el Reconocimiento que no es otra cosa que una manifestación piadosa de la Vanidad.
Jeff Koons fue el primer artista que contrató una agencia de publicidad para darse a conocer, también fue el primer artista en rodearse de profesionales como asesores de imagen. Él afirma orgulloso que no posee estudio (entendido a la manera tradicional) sino que su trabajo se desarrolla en una oficina desde la que controla toda una empresa multinacional denominada “JEFF KOONS” dedicada a la producción artística (algo que, por otra parte, tampoco es novedoso). En realidad Jeff Koons, según sus propias palabras, no se considera artista sino empresario o ejecutor de obras de arte (aunque la interpretación de tales afirmaciones habría que ubicarla dentro del contexto de la ironía, el sarcasmo y el cinismo que siempre rodean sus declaraciones)
¿Por qué hay que reprochar entonces a un artista que pretenda hacerse rico con su trabajo como hace Jeff Koons?
En su serie The New, Koons trabaja con el deseo del público norteamericano por los nuevos productos de consumo. Por otra parte, también es cierto que Jeff Koons entiende el arte como un gran negocio, adopta todos los mecanismos de la economía de mercado y la publicidad, utiliza sus íconos y sus símbolos, aprovechando la enajenación y la ignorancia de una comunidad dominada por sus necesidades de consumo, que además está aturdida por el bombardeo de los medios. Pero como diría el propio Koons ante esa circunstancia y con toda la razón del mundo “…pues ése no es mi problema”
Puede resultar algo palpable que en las atropomórficas aspiradoras de Koons existe un componente sexual implícito que se basa en el poder de seducción y el deseo de la novedad inmaculada (no olvidemos que todas las aspiradoras que componen la serie The New son completamente nuevas, sin estrenar). La idea de Koons es la de rescatar estas piezas del uso para el que fueron construidas y preservarlas en su virginidad para la eternidad, preservarlas en su función de absorber la suciedad, como una metáfora mística de la trascendencia y la inmortalidad. Porque lo más interesante en la obra de Koons quizás radique en el empleo de una turbadora mezcla de componentes antagónicos como son el misticismo y la sexualidad, el mercantilismo salvaje y la promesa religiosa de la inmortalidad, el deseo morboso y la contemplación de la realidad basada en la ingenuidad infantil…. Toda una mezcla de ingredientes con un aglutinador común: el cinismo más descarado.
(1) "The Impressionists and Edouard Manet" por Stéphane Mallarmé título del artículo publicado en una revista inglesa en 1874-1876 y de la que se ha perdido el original en francés.
(2) “La Espuma de los Días” Entrevista a Jeff Koons a cargo de Marieia Sentís para la revista de arte contemporáneo LAPIZ, nº 61 (octubre de 1989)
¿ARTE AFRO-AMERICANO?

¿Existe un arte afro-americano? ...pues no, como tampoco existe un arte feminista, un arte del tercer mundo o un arte gay por mucho que algunos oportunistas comisarios de exposiciones nos hayan querido vender últimamente estas fantasías en diferentes bienales y eventos artísticos.
El arte actual se manifiesta como un verdadero reflejo de esta sociedad cosmopolita que vivimos en la que resulta imposible ubicarse al margen de la multiplicidad de influencias que nos invaden desde todos los frentes. Y es en este orden de cosas, en esta sociedad hipermoderna cuando los géneros artísticos, los estilos, las escuelas o las nacionalidades se manifiestan cada vez más diluidos ante un panorama general globalizador. Obviamente no vamos a entrar en la discusión de si se trata de un hecho positivo o negativo y si afecta o no a la creatividad artística.
De cualquier manera, lo que sí podemos afirmar es que CARRIE MAE WEEMS, LORNA SIMPSON y KARA WALKER suponen tres estupendos ejemplos de artistas cuyas trayectorias profesionales comparten algunos puntos en común como son, además de su origen afro-americano, el interés por abordar aspectos y problemáticas relativas a la condición humana y la identidad cultural en su propia comunidad.
CARRIE MAE WEEMS expone estos días en el CAAC, se trata de su primera muestra en España titulada “Estudios Sociales”. En esta exposición la artista cuestiona los estereotipos de índole racista que abundan tanto en nuestro imaginario colectivo como en el uso cotidiano del lenguaje. El grueso de la exposición se apoya en series de fotografías de carácter documental o científico que la artista manipula con la finalidad de poner de manifiesto sus propias contradicciones sociales e históricas.
LORNA SIMPSON también se apoya en la fotografía manipulada combinada con ácidos mensajes escritos como medio de expresión al servicio de un discurso que interroga y replantea valores como la identidad, el desplazamiento cultural, el género, la historia y la memoria a partir de la figura de la mujer afro-americana.
El estilo de KARA WALKER es sumamente conocido por sus características intervenciones realizadas usando siluetas recortadas que recuerdan los inicios del cinematógrafo o aquellos perfiles recortados sobre cartulina negra típicos de la Francia del siglo XVIII.
En su obra satiriza el estilo de vida americano, con un enfoque sumamente realista sobre la sociedad y el género humano. El racismo, la explotación, las cuestiones de género, las injusticias sociales y la esclavitud conforman los temas centrales de su obra.
Hace unos meses pudimos disfrutar de una exposición (su primera en España) en el centro de arte contemporáneo de Málaga.
GAVIN TURK

Gavin Turk se dio a conocer internacionalmente dentro del contexto artístico de los Young British Artists, movimiento que tuvo gran repercusión mediática allá en la década de los noventa y cuyos planteamientos se encuentran hoy día absolutamente desfasados.
Es ahora cuando el CAC Málaga presenta "En Face", primera exposición en España de este artista británico. La muestra reúne un conjunto de 72 bustos concebidos a imagen y semejanza del propio autor realizados en arcilla y que son el resultado de una performance interactiva en la que un grupo de personas manipularon el material aún húmedo hasta transformarlo en un surrealista (como el propio autor califica) «cadáver exquisito». La exposición se complementa con un video explicativo que describe el proceso de creación de los 72 bustos y su posterior transformación/destrucción por parte de los participantes en la performance.
Confieso que tenía ciertos reparos a la hora de afrontar la exposición puesto que Gavin Turk no es precisamente uno de mis artistas predilectos aunque he de admitir que el resultado de la exposición es sumamente interesante. Gavin Turk siempre ha manifestado en su obra un especial interés por aspectos que atañen a la práctica artística como la autoría, la fama o la idolatría cuestionándose en todo momento y desde el punto de vista de la ironía el propio valor de la obra de arte.
ARTISTAS TOP50 (27-JULIO-2010)

1. Francis Alÿs
2. Fischli & Weiss
3. Rodney Graham
4. Artur Żmijewski
5. Rirkrit Tiravanija
6. Elmgreen & Dragset
7. Olaf Breuning
8. Roman Ondak
9. MaRePe
10.Christian Jankowski
11. Dias & Riedweg
12. Santiago Sierra
13. Gregor Schneider
14. Teresa Margolles
15. Tracey Moffatt
16. Bruce Nauman
17. Douglas Gordon
....................................18. Thomas Demand
....................................19. Andreas Slominski
....................................20. Luc Tuymans
....................................21. Adrian Paci
....................................22. Maurizio Cattelan
....................................23. Pawel Althamer
....................................24. Fiona Tan
....................................25. Mona Hatoum
....................................26. Jonh Bock
....................................27. Wilhelm Sasnal
....................................28. Barbara Kruger
....................................29. Miguel Calderón
....................................30. Aleksandra Mir
....................................31. Anna & Bernhard Blume
....................................32. Adel Abdessemed
....................................33. Sherrie Levine
....................................34. Marina Abramovic
....................................35. Wim Delvoye
....................................36. Jesper Just
....................................37. Adam Leech
....................................38. Tim Eitel
....................................39. Liam Gillick
....................................40. Jeff Wall
....................................41. Ulla von Brandenburg
....................................42. Steve McQueen
....................................43. Doug Aitken
....................................44. Aleksandra Mir
....................................45. Ugo Rondinone
....................................46. Jeppe Hein
....................................47. Lorna Simpson
....................................48. Pedro Cabrita Reis
....................................49. Tseng Yu-Chin
....................................50. Aernout Mik
PEDRO CABRITA REIS

Uma Casa e Outros Sítios Mais
Pedro Cabrita Reis es, junto con Juliao Sarmento, el artista portugués con mayor proyección internacional. Su obra es compleja y aborda todas las disciplinas aunque quizás es más conocido por sus instalaciones en las que reflexiona sobre aspectos como el comportamiento de los materiales y su disposición en el espacio. Pese al carácter heterogéneo y disperso de los planteamientos formales de sus obras, su discurso, basado siempre en argumentos muy precisos, es de un gran rigor y coherencia.
Ahora podemos contemplar este verano una doble exposición en las galerías lisboetas Caroline Pagès y Miguel Nabinho que nos parece una de las propuestas más interesantes de la temporada.
La primera parte de la exposición se titula “Uma Casa” y se presenta en Caroline Pagès. Casualmente esta galería se encuentra en el inmueble donde nació y vivió su infancia Pedro cabrita Reis. Por otra parte, en la Galería Miguel Nabinho nos encontramos con la segunda parte de la exposición: “Outros Sítios Mais” compuesta una serie de paneles llenos de fotografías que recogen gran parte de sus experiencias vitales en las que se repite hasta la saciedad como tema recurrente su oronda figura (Cabrita Reis es un atractivo hombre con un peculiar aspecto y fumador de puros, mezcla entre Orson Wells y Alfred Hitchcock). En ambos espacios aborda una profunda reflexión sobre la imposibilidad de la autobiografía como expresión artística.
www.pedrocabritareis.com
www.miguelnabinho.com
www.carolinepages.com