arte en los 80

Al igual que sucedió a principios de los años sesenta con la aparición de la llamada Abstracción Geométrica como respuesta a la visceralidad propia del Expresionismo Abstracto, es en la década de los ochenta cuando surge una reacción a la tendencia pictórica expresionista que tenía su reflejo en el trabajo de artistas como Julian Schnabel, Eric Fischl o los más jóvenes Jean-Michel Basquiat y Keith Haring.
Proponen un arte “enfriado” y liberado de cualquier connotación lírica o visceral. Se recupera el concepto de Ready–Made duchampiano, aunque ahora de los objetos también interesan sus aspectos perceptuales o formales. Como en el arte Pop de los sesenta, existe un interés por el colorido estridente en las obras de arte, incluso se busca pretendidamente la poética del mal gusto o kitsch. Los pintores de la corriente Neo-Geo prolongan y actualizan las distintas investigaciones llevadas a cabo anteriormente en el ámbito del minimalismo, del Op-art y de la abstracción geométrica. Pintan generalmente obras de gran formato compuestas de motivos o
signos que se despegan de un fondo plano y coloreado. Peter Halley (1) emplea pinturas fosforescentes y enlucido sintético eliminando cualquier vestigio subjetivo en su obra. En cambio Jeff Koons (2) se dio a conocer con su serie “The New” compuesta por aspiradoras enmarcadas en cajas de plexiglás y fuertemente iluminadas por tubos fluorescentes. En un ejercicio de calculado cinismo, a Koons sólo le interesaban de estas aspiradoras sus cualidades formales como el brillo metálico y sus formas “pseudoeróticas” lo que le distancia en su discurso de Marcel Duchamp. De la misma manera Ashley Bickerton (3) emplea objetos industriales para elaborar sus ensamblajes en los que enfatiza y exagera sus aspectos formales de tal manera que llega a crear obras de una estridente potencia visual reflexionando en torno al concepto del mal gusto.