arte y posmdernidad


A mediados de la década de 1980 se produce un rápido agotamiento de las fórmulas basadas en una vuelta a la pintura en un sentido tradicional y una revisión algo banal y nada rigurosa de los hechos de la historia del arte y la cultura. Artistas como Sandro Chia, Enzo Cucchi o A.R. Penk protagonizan escandalosos bluffs al desplomarse sus cotizaciones en los mercados artísticos internacionales. Teóricos como Achille Bonito Oliva o Kaspar König, que en su día auspiciaron la Transvanguardia Italiana o el Neoexpresionismo Alemán, reciclan ahora sus discursos a los nuevos tiempos. En la escena artística neoyorkina, el centro de gravedad artístico pasaría del SoHo al East-Village con nuevas galerías como International With Monument (años más tarde este centro de gravedad volvería a trasladarse, esta vez al barrio de Chelsea). Esta galería aglutinó a una serie de jóvenes artistas con una misma sensibilidad hacia el arte muy alejada del convencionalismo que representaban Schnabel, Fischl y Salle.
Entre estos jóvenes se encontraban el crítico/artista Peter Halley y, un por aquel entonces broker de Wall Street, Jeff Koons. Otro grupo de artistas de la misma generación como Sherrie Levine y Richard Prince se interesaban por asuntos como los de la originalidad, autenticidad y autoría, característicos de lo que más tarde ha venido a llamarseApropiacionismo. Al mismo tiempo surge una nueva sensibilidad crítica hacia los hechos políticos y sociales del momento como el feminismo, los asuntos étnicos o la homosexualidad con artistas como Barbara Kruger, Jenny Holzer o Lorna Simpson.